‘Las cabras y los machos de la Aldea’, entre las tradiciones del Carnaval que el Cabildo transmitirá a los escolares de Gran Canaria

27-02-2020

- ‘Las cabras y los machos de la Aldea’, entre las tradiciones del Carnaval que el Cabildo transmitirá a los escolares de Gran Canaria

•       La Fedac ha elaborado material didáctico para los colegios
•       Desde la mascarita a las drag queen, pasando por las tortillas de carnaval y el Domingo de Piñata, conocerán sus ricas y espontáneas manifestaciones
•       El origen es inmemorial, la murga es la tradición que ha perdurado hasta la actualidad



El Cabildo de Gran Canaria transmitirá a los escolares el origen del Carnaval y tradiciones como ‘Las cabras y los machos de la Aldea’ a través de un cuaderno didáctico promovido por la Fedac para ofrecer una perspectiva histórica y social de las ricas y espontáneas manifestaciones de las carnestolendas en Gran Canaria.

Conocerán el recorrido del carnaval desde sus inicios hasta la actualidad, desde las mascaritas y las tortillas de Carnaval, los parranderos y el entierro de la Sardina, pasando por el Domingo de Piñata y las murgas hasta llegar al fenómeno drag queen. En estas actividades se proporcionará información de todas estas tradiciones y posteriormente, deberán responder un cuestionario.

El alumnado conocerá tradiciones como ‘Las cabras y los machos de la Aldea’, consistente en vestir a los niños con pieles de cabras y cencerros a modo de ganado acompañados de un pastor, iban con la típica mascarita con la que corrían los diferentes barrios del pueblo haciendo miles de travesuras para llamar la atención, pidiendo una pesetita o un huevito para hacer tortillas y unos personajes con un rabo de palma a los cuales les prendían fuego. Entraban y salían de las casas con gran alboroto, otro con una cabeza de vaca y pieles de cordero era el terror para los más pequeños.

Y no solo eso, también se les brindará la oportunidad de aprender algunas tradiciones de otras islas como la tradicional Parranda Marinera Los Buches de Arrecife, y los Diabletes de Teguise, en Lanzarote, además de los Artilugios Carnavaleros Hidrodinámicos Impulsados por Energía no Contaminante y La Carrera de Arretrancos de Fuerteventurao, así como El Mataculebra, el Entierro del Sansusino de Garachico y el Rascayú de los Realejos de Puerto de la Cruz, Tenerife.

Además de los Talcos y el Añil, La Empolvada de San Sebastián de La Gomera, la Gran Polvacera Llanense y Las Viejas a Caballotas de Santa Cruz de la Palma y los Carneros de Tigaday de Frontera, en la isla de El Hierro.



Los orígenes del Carnaval son inmemoriales

Para el cristiano de la época medieval, el Carnaval era la representación del paganismo, donde el pueblo se ocultaba bajo máscaras y disfraces, se celebraban desfiles, bailes y comilonas, ardían las hogueras y se sacrificaban animales para atraer fortuna.

Asimismo, era un periodo de permisividad, de crítica social en el que se ridiculizaba a los gobernantes, a los nobles, al clero e incluso la moral religiosa y esta actitud irónica y paradójica desencadenaba la burla y la crítica hacia el sistema político y social, característica que ha perdurado hasta la actualidad, donde el elemento carnavalero más directo e identificativo es la Murga.

Por otro lado había otro carnaval, el del pueblo llano, que sufría prohibiciones por parte del poder político y la Iglesia, que a diferencia del anterior se celebraba en la calle, en tabernas o plazas, y era más participativo y ruidoso con la intervención de unas comparsas que nacían de manera espontánea en forma de parrandas de amigos que iban de plaza en plaza.

A falta de disfraces recurrían a pañuelos en la cabeza, chaquetas por el revés o ropas usadas y también destacaban las caretas, antifaces y máscaras para cubrirse la cara, que tienen un origen remoto, como es el caso de Canarias con las ‘tapadas’, a las que se atribuye el nacimiento de las famosas ‘mascaritas canarias’.



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