Un amplio despliegue de objetos de arte en cuero y ganchillo ya colman las estanterías de La Sala de la Fedac del Cabildo de Gran Canaria, obras de la marroquinera Leonor Alcaino y la ganchillera Magdalena Sosa, dos artesanas cuyas producciones cuentan con una destacada acogida de público, informó la consejera de Artesanía, Minerva Alonso.
Leonor Alcaino llegó desde Chile hace 15 años con la herencia familiar de un taller de fabricación de zapatos en cuero donde su abuelo y su padre aplicaban un proceso totalmente artesanal que dejó en su memoria y en su nariz el inconfundible olor del cuero.
Años de práctica de diversos oficios artesanos han contribuido a depurar la técnica del concienzudo trabajo de repujado y moldeado del material con el que Leonor consigue piezas de aspecto muy natural alejado de las clásicas creaciones de marroquinería, más rígidas y estáticas.
El color es una de las características del trabajo de Leonor, que se apoya en una amplia gama de tonos para dar más naturalidad a sus creaciones, muy alabadas por el público precisamente porque gran parte de su producción ni siquiera parece estar hecha de cuero.
De esta forma, su taller está lleno de máscaras murales, sobre todo de rostros de mujer, otras pequeñas máscaras a modo de broche, flores y hojas para decorar o dar un toque diferente a bolsos y complementos, pulseras, monederos y todo tipo de elementos de diseño, de los que exhibe una parte en La Sala de la Fundación para la Etnografía y el Desarrollo de la Artesanía Canaria (Fedac) ubicada en la Calle Domingo J. Navarro número 7 de la capital grancanaria.
Mucho más que hilo
Los objetos producidos por Magdalena Sosa, ganchillera artesana de Gran Canaria, dejan de ser simples hilos para convertirse en auténticas piezas artesanas, ya sean prendas de vestir o decoración en las que los detalles brotan de la imaginación de la autora y la observación de la tradición.
El ganchillo y el tejido en lana, algodón natural, lino y seda dan como resultados originales bolsos, gorros y guantes sin dedos para combatir el frío y tocados de formas singulares para cubrir del sol en verano, que hacen las delicias del público.
Siempre abierta a nuevas tendencias, en sus trabajos puede apreciarse el afán por la fusión con otros oficios y la mezcla de materiales, ya que usa piedras y cristal para decorar sus ponchos y chales, marca de la firma JiribillaYPunto con la que se da a conocer.
La diversidad de puntos y dibujos hacen que cada objeto sea especial y diferente, pues los materiales que usa son naturales, “lo que es muy apreciado sobre todo por el visitante del norte de Europa”, comenta la ganchillera.
Los colores, que aportan personalidad al trabajo, van desde la gama de los azules y grises hasta los tostados para este otoño, sin olvidar el clásico blanco que nunca pasa de moda. Además, la artesana confiesa su gusto por los colores cálidos y más llamativos, como el naranja y el verde.
La exposición y punto de venta de La Sala de la Fedac, un espacio dedicado a los oficios artesanos en pleno centro del barrio de Triana, estará abierta hasta este viernes 10 de noviembre en horario de mañana y tarde.